Reflexiones

Encontrarás mi sentir en este viaje de la docencia.

Enseñar es una labor noble que me inspiró como profesión desde los primeros años que se despertó en mi esta idea.
Desde ese tiempo, reflexioné con admiración a mis profesores que si no fuera por esta practica profesional no hubiera progresado tanto la civilización en los pocos años que lleva la invención de la escuela como institución. Como todos sabemos, la humanidad apareció hace 80 mil años.
El progreso del conocimiento fue tan lento que la educación formal apareció alrededor de 500 años a.C. cuando la civilización ya había empezado. Y desde las escuelas modernas hasta la actualidad, han pasado tan pocos años y miren todo lo que hemos evolucionado culturalmente. 
Actualmente, las tecnologías como las que ahora afrontamos en este curso y todas las que nos sorprenderán en pocos años no hubieran sido posibles sin el denuedo de los maestros.
Enseñar, no es solo trasmitir conocimientos como antes creíamos. Ahora sabemos que cada individuo lleva un impulso cognitivo para dominar cualquier conocimiento, y que hasta un niño de dos o tres años ya tiene "teorías" sobre el mundo que intenta probar o ampliar su comprensión. Aprender es un acto espontáneo y privado del individuo, un acto que depende de sus propias teorías sintetizadas desde su experiencia. Y el aprendizaje es significativo, cuando el maestro le provee a ese niño elementos a partir de los cuales él sintetiza y descubre las cosas maravillosas que bullen por emerger desde dentro de su ser.
Como maestra, me siento tan contenta cuando descubro a un niño sonriendo emocionado por algo que ha captado de la clase, y que muchas veces le hace gritar: "-maestra, con razón no entendía el énfasis de las palabras; ahora que vimos los tipos de acento, comprendo la importancia que tiene"- o "-es verdad maestra-" o bien: "maestra, hasta que al fin entendí".
Sabemos que el mundo seguirá evolucionando y que muchas de nosotras o de nosotros seremos anónimos en la Gran Historia Universal; pero la grandeza espiritual que cada día experimentamos es suficiente para proclamar "que grande es ser maestro".

Ser maestro es un orgullo, ya que somos los pilares de la grandeza de nuestro país.

Gracias por leer mis reflexiones. Si quiere añadir o diferir, siempre estaré abierta al diálogo y a la retroalimentación.

Sinceramente:
Rosario de Lourdes García Cervera.

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